Hoy en día que se ha perdido la mayoría del respeto y la humanidad hacia nuestros mayores, cuando antes nos deleitábamos escuchando sus consejos, vivencias,aventuras y experiencias
Cuando el conocimiento ya no va de mayores a jóvenes,-como así fue durante miles de años en que no gozábamos de esta potente herramienta que es Internet-.
Unos por creer que el conocimiento ya les viene grabado en los genes, y otros por pensar que si no los necesitas para que te voy a contar nada.
Me hace pensar que van a ser demasiadas las piedras, que podíamos haber les quitado del camino y que están condenados a tropezar de nuevo en ellas y de este retraso, creo que la humanidad sera la única perjudicada.
Esto viene a cuento por que,en la ciudad en la que vivo han comenzado las fiestas de San Juan y me vino a la cabeza un cuento andaluz que leí en mi infancia en un libro de lectura y que comenzaba así... cerca de San Sebastian estaba de centinela, sin temor y sin cautela la víspera de San Juan etc.etc.
Y me he ido al ordenador y me puse a buscarlo en el Google por si había alguien que tan bien lo hubiera leído y lo habría subido a Internet y poder recordar unas frases que ya no recordaba muy bien.
Lo encontré en la pagina www.calcenada.com y al lado me llamo la atención una poesía titulada La media manta y que realmente me ha emocionado. Pues me hizo volar en el tiempo y recordar lo que mi abuela siempre me decía ..
.Hijo sos padre seras, según tu hagas, así te harán.
Y esta poesía lo refleja a la perfección
La media manta
Al despertar el día, con triste resignación, un mal hijo, llamado Juan, le decía a su padre setentón:
.- Padre, aunque trabajo y lucho, hace un año enfermo estás. Padre, lo siento mucho, pero ya no puedo más.
Sabes que soy un buen hijo, pero mi hacienda es escasa y en el hospital de fijo, estarás mejor que en casa.
Así Juan dijo, y Juana, la nietecilla del abuelo, le estaba oyendo, llorando la pobrecilla. Ocultando amarga pena, dijo el yayo sonriendo:
.- La mañana está muy buena y el fría ya va cediendo.
La cosa es muy natural y ya ves como sonrío.
¡Con que andando al hospital! no te apures hijo mía y tu no llores chiquilla, Metida en un rincón, mete en un lío Juanilla la manta y el chaquetón.
.- Juán, ayuda a este carcamal…
Y así salieron los tres camino del hospital. Triste pena suspirando, al llegar junto a la ermita se apoyó el viejo temblando sobre la puerta bendita.
.- Está fresca la mañana –dijo- El sol no ha roto el hielo.
.- Ya lo estás oyendo, dijo Juán- dale la manta al abuelo.
Las tijeras preparando, Juana a su padre miró, y la manta desdoblando, en dos trozos la cortó.
Arrugando el entrecejo dijo el padre:
.- ¿Vas a darle al pobre viejo media manta nada más?
.- Guarda media –dijo Juana- por si acaso sientes frío cuando te lleve mañana al hospital, padre mío.
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